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Varna fue fundada por los colonos griegos con el nombre de Odessos. Sin embargo, la sensacional excavación arqueológica de la antigua cultura de Varna, que tiene más de 6000 años, demuestra que este emplazamiento en el mar Negro era ya muy apreciado con anterioridad. Eso es algo que no ha cambiado hasta la fecha: la segunda ciudad más grande de Bulgaria y la de mayor tamaño en la costa del mar Negro tiene mucho más que ofrecer además de mar y playa. Varna también es un centro de fuentes minerales curativas, que muchos turistas utilizan para disfrutar y cuidar su salud. Ya los romanos construyeron unas termas gigantes en Varna que se pueden visitar en la actualidad. Pero también aquellos más interesados en la cultura tendrán mucho que hacer en Varna, ya que en verano se celebran numerosos festivales, como el de jazz, el de teatro o el festival de titiriteros.
lunes, 23/12/24
martes, 24/12/24
miércoles, 25/12/24
Varna cuenta con un precioso parque por encima de la playa, el jardín del mar. Este parque, con sus áreas recreativas y un pequeño tramo para que los niños remen, es ideal para las vacaciones con los más pequeños. Otras visitas recomendables son el zoo, el delfinario y el jardín botánico. Para excursiones de un día alrededor de Varna está el famoso monasterio de Aladzha, ubicado sobre rocas, o el palacio de Balchik, con sus amplias zonas ajardinadas. Pero también un día en la playa puede estar lleno de actividad: vóley playa, surf, buceo, paseos en barca, etc. Todo es posible en la playa de Varna. Como alternativa, otra opción es disfrutar leyendo un libro en la tumbona, con la refrescante brisa del mar como fondo.
Entre los jóvenes Varna también es conocida por su animada vida nocturna. Es frecuente que las primeras luces de la mañana le sorprendan a uno en alguno de los clubs o discotecas de la ciudad, para luego disfrutar del amanecer en la playa. En los numerosos restaurantes de Varna se puede descubrir la cocina búlgara, entre la que destaca el pescado fresco, con el que se realizan platos deliciosos. Además, en este suave clima se produce un vino excelente que se puede degustar en los bares y vinotecas de la ciudad. De ese modo, la estancia en Varna garantiza unas vacaciones para el cuerpo, el espíritu y el alma.